dijous, 16 de desembre del 2010

Simplemente soy yo

Ir a una entrevista de trabajo en un tiempo atrás no era tarea agradable. Los nervios del momento que entras al despacho y ves a un tío que en un futuro puede ser tu jefe o no. Con el tiempo esos nervios se atenúan, pero no desaparecen.
He realizado a lo largo de estos años varias entrevistas de trabajo, por lo que he podido valorar como de diferente puede ser una entrevista y como se puede torcer o enderezar el proceso de selección. Depende, en gran parte del momento anímico en el que te encuentres, por lo que es importante mantener a un lado los resquemores que pudieras tener de anteriores trabajos, ya que no suelen ser muy beneficioso.
En otros casos la entrevista se ha convertido en trabajo, por mi buena presencia, por mi ímpetu en aprender, o porque no les quedaban mas candidatos.
Siempre he llevado mi curriculum actualizado y siempre me han preguntado por algún trabajo que realice anteriormente, si estaba a gusto, porque lo dejaste… Incluso me han preguntado el sueldo que cobraba de alguno de ellos.
Una cosa curiosa son algunas de las preguntas que te formulan, del tipo en que trabajan tus padres, tienes mascotas, que no se si serán preguntas que utilizan para tranquilizar al posible empleado y entablar una leve confianza para eliminar los nervios de ese aspirante.

No se, son muchos los detalles que se deben tener en cuenta a la hora de enfrentarse a una entrevista de trabajo, y hay que estar atento a todo. No he descubierto aun el remedio para no ponerme nervioso cuando tenga una entrevista, pero si he descubierto como tranquilizar esos nervios y venderme (porque al fin y al cabo en una entrevista te tienes que vender) de la manera en la que se hacerlo, con hechos.

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